Desde nuestra plataforma estamos hartos de que los medios de comunicación y la política hagan buena esa frase tan rajoyniana, tan fuera de lugar, y que tanto debate suscitó en su día de que Madrid es España y España es Madrid. No se empeñen en convencernos a diario, lo que ocurra en Madrid no va a cambiar nuestra situación como pobladores rurales, no insistan. Por cierto ¿alguien se acuerda de Cataluña, tan fundamental también? Sigue sin gobierno, ¿saben? Punto final.
Y, mientras nuestras vidas son Madrid y pandemia, nosotros vivimos en una comunidad birregional, la más grande de Europa en superficie, mayor que una veintena de países. Con estos precedentes, podría parecer la comunidad más importante del país, la que marca el devenir. Pues parece ser, que la importancia es inversamente proporcional a su tamaño. Y no es por pensar que el tamaño importa.
Y, además, vivimos en una provincia –Y León, que decía un allegado castellano para tomar el pelo a un leonés por haber tenido que escuchar un día de su boca, la importancia de la conjunción copulativa, y no del guión que tantas veces nos colocan como comunidad- que en estos días aparece en el mapa de España de la despoblación, destacada en rojo, junto con Zamora, las dos únicas provincias del país en esta situación. Se imaginaran que en rojo no han colocado a las mejores. Por lo menos esperamos que en un futuro, y con otros gobiernos, no caiga el mapa en manos de alguien que viendo el color y sin molestarse en leer el cuadro explicativo –que igual no son muy de leer-, decida fusilarnos a tod@s, o directamente bombardear las dos provincias, que es más rápido, barato y aséptico.
Y, además, vivimos en un territorio de montaña, la zona de Europa con más reservas de la Biosfera, en un rojo que deslumbra, que las administraciones reconocen vulnerable por despoblada, y aprovechan para que recibamos con los brazos abiertos una lluvia de macroproyectos de parques eólicos, en territorios de altísimo interés ambiental y paisajístico, uno de los grandes privilegios y fuente de vida del territorio. ¿Lo mandarán en forma de lluvia para que creamos que va a fertilizar el terreno? También llueven amenazas de macroproyectos solares, que expulsan a agricultores y ganaderos de sus terrenos productivos, y de macrogranjas, que además del sufrimiento animal que generan, son uno de los mayores focos de contaminación del planeta. Todo es macro en zonas de interés administrativo micro. Bien es verdad, que estos dos perfiles últimos de macroproyectos amenazan más las zonas más llanas y productivas de la provincia, por motivos obvios. Alguien pensará, que es una forma fácil de revertir la despoblación gracias al empleo creado, esa mentira que siempre circula alrededor de estos proyectos, pero por suerte hay suficientes experiencias y estudios que demuestran que no solo no asientan población, sino que acaba disminuyendo por el impacto negativo que resulta para el entorno. Pero viene bien revestirlos de mentiras, porque las mentiras hacen esclavos.
Y, además, vivimos en maravillosos territorios, Reservas de la Biosfera y Parques Naturales la mayoría de ellos, donde nuestra administración territorial quiere la recrecida del embalse de Luna, junto con la de Riaño y del Porma, además de la creación de otros nuevos pantanos. ¿Y todo esto para sanear la economía provincial? No necesitan nuestra respuesta. Somos una provincia con excedente de agua y de energía eléctrica. Agua y energía que como territorio regalamos, quienes la cobran son las empresas encargadas de su explotación sin que una parte de esos beneficios reviertan en el origen.
Creemos y apostamos por las energías alternativas, pero no cuando se trata de destruir el territorio y la forma de vida de sus habitantes, lo que demuestra la poca sensibilidad medioambiental de quienes pretenden llevarlo a cabo. Creemos en la solidaridad de los pueblos, pero no cuando los proyectos acaban destruyendo a los benefactores.
Y mientras todo esto ocurre, los bancos están preparando despidos de miles de empleados, a la par que aumentan/disparan las comisiones de sus clientes y los ingresos –bonus millonarios- de las cúpulas de directivos. Hay muchas formas de llamar a los usuarios tontos, pero esta nos parece de las mejores. Hay veces que pensamos que Saramago tomó a este país como inspiración para escribir Ensayo sobre la ceguera. Por suerte siempre queda alguien con visión, lo que no se sabe es de qué lado queda.
Embalse de Los Barrios de Luna, siempre dramático y bello.