Cada mañana, los alumnos que desde Santa Marina de Valdeón, Soto y La Vega preparan sus mochilas para ir al instituto de Riaño. Meten los libros de física, lengua, matemáticas, el almuerzo…y una bolsa de sal.
Puestos a desarrollar la imaginación y el emprendimiento en el sistema educativo, la aportación de sal cooperativa entre todos ellos va a acabar siendo la solución que les queda para poder pasar sin miedo el puerto de Panderrueda cada mañana, porque en época invernal a eso de las 9 de la mañana en una zona de casi 1.500 metros de altitud se pueden imaginar que nos es nada tranquilizador atravesar estas zonas heladas que parecen haber quedado olvidadas o relegadas a un segundo plano dentro de los planes invernales de las administraciones competentes.
No se trata de que Diputación de León diga que hace lo que puede, que desde la consejería de Educación se garantice la seguridad de los alumnos, que desde el ayuntamiento afirmen que nos son los competentes… se trata de sentarse todas las partes y darles una solución a estas familias para que no sea la bolsita de sal en las mochilas su única esperanza
Hoy jueves 2 de diciembre las familias han decidido que no se realice la ruta de transporte escolar por falta de limpieza y seguridad en el puerto de Panderrueda. Por tanto, no han podido acudir a clase.
Pregunta: ¿tienen las mismas oportunidades los escolares del medio rural?
